viernes, 24 de febrero de 2012

No mires a mis ojos

No mires a mis ojos fijamente,
podrías perderte en el abismo de mi alma
y descubrir que llevo en el corazón
como bandera una estaca...

Para que perder tu mirada ilusionada
y arriesgarte a fallecer preso del mal deseo
en un jardín de claveles negros...



No querrás caricias de manos frías,
ni besos de labios muertos
o lamentos desesperados
en vez de románticos versos...

No agotes tus bellas alas volando donde hay silencios,
no aspires escalar montañas de resbaladizos miedos...
 
No mires a mis ojos fijamente
caminemos de la mano sin miradas atrayentes,
jamás podrás entender que "te amo"
y no quiero causar tu muerte…

 

domingo, 19 de febrero de 2012

Suspiros de la razón

Suspiros profundos ante esa mirada ajena,
saludos hirientes tanto como involuntarios
y una red de palabras lacerantes realizadas
sin un goce de voluntad percibida.

Un sentimiento marcado como cicatriz en el pecho,
obsesión indecente del pensamiento...
Telarañas, esperpentos, guarnición de ensueños,
vulnerables al desconsuelo del alma.

Lágrimas tatuadas con el más frívolo desdén de la evasión.

Toda una lucha contra la razón
por necedades del corazón
y los temores de una inseguridad
aquejada por el diario vivir.

jueves, 9 de febrero de 2012

Recuerdos

Hoy mis sueños te han vuelto a encontrar
y en cada noche te has hecho presente,
he escuchado el sonido de tus pasos
caminando en cada recuerdo de mi mente.

Mis labios te han vuelto a sentir,
en mis ojos te has reflejado.
Fuiste felicidad un tiempo en mi vida,
tu aroma aun me sigue dibujando...

Mis ojos han hablado en silencio
demostrando que las heridas aun son débiles
y el dolor se ha parado en mi pecho
recordándome el último beso.

Esto es tan extraño, tanto como la nieve,
pues fuiste él que más me lastimo;
pero a mi mente no le ha importado
y se ha perdido en cada momento que pasamos.



Los recuerdos vuelven con el alba
y con ellos ese sentimiento,
veo inquietarse a mi corazón trovador,
siento tu presencia.

Siento las caricias del viento en mi faz,
Oigo la dulce melodía en mis oídos.
Mi nombre resuena en la lejanía,
siento tu presencia en mi corazón.

Espero viendo el amanecer... 
Te acercas sigiloso por la espalda y me abrazas, 
puedo ver en tus ojos el amor puro y sincero, 
que tanto deseo y necesito.

Te quiero.