martes, 14 de mayo de 2013

Si le diesen la opción

A veces pensé
que ante determinadas situaciones,
si el corazón hubiese tenido alas
ya se habría lanzado al vacío.

Entre cambios climáticos
y tormentas de sensaciones,
entre canciones y ecos de trompeta ,
la vida se seguiría midiendo 
por campos de batalla.

Y aún así,
si el corazón pudiese detenerse
para poco después volver a latir,
seguramente dudaría si seguir así,
callado y feliz
sin intentar combatir para sobrevivir.

Puede que no exista la palabra.
Puede que si la pronuncio
mi destino entre cenizas arda.

Puede que muera y viva 
dentro de ti,
o incluso cabe la posibilidad
de que jamás lo haya hecho.

Puede que una pesadilla
sea una prolongación maldita,
de un sin vivir
y que aún así, sea compensada
con gratas veladas de porvenir.

Y sin embargo, sigo aquí,
escribiéndole canciones 
a todo aquello que me permita
ser yo misma. 

Aunque vague 
por desiertos de soledades
y me tope de bruces 
con mi propio espejismo.

Aún así
donde muchos 
solo ven egoísmo,
yo sigo viendo supervivientes.

Y creo firmemente
que si al corazón le ofreciesen 
como opción,
enfrentarse a si mismo,
lucharía 
hasta las últimas consecuencias.

Porque aún existiendo
la posibilidad de caer derrotado,
lo habría hecho 
ante un digno y honorable adversario:

¡Él mismo!