Me voy hoy con esta individualidad en sociedad de cisterna
y sin muecas absurdas, sin contemplaciones eternas,
dejando botados entre el sistema de galaxias viejas
los muchos conceptos que esgrima mi propia mente;
porque deambular me gusta sobre la cuestión consciente.
No me interesa poseer de otros reconocimientos tontos,
solo el silencio y yo conocemos mis certezas.
Si de pronto noto que alguien abre para mi la puerta,
y me pone una alfombra roja esperando que ande por ella,
con gracia, altiva y llena de firmeza,
entonces declino la invitación por darme pereza,
y si ante la insistencia llego a caminar... nunca será resulta,
lo haré cojeando, como lastimada de pies a cabeza,
me hieren el alma con creencias de que sea perfecta,
de que sea erudita, de que sea profeta.
Si es cierto que moran en mi rayitos de luz,
cristalinas formas de conciencia,
complementadas con formas varias de inteligencia;
pero no me quieran abrir cuando estoy feliz,
con diálogos complejos y propios,
por que logran meterme a un quirófano
donde cortan todo interés de ser tan buena.
Como las mentes me esperan...
entonces divago y digo cosas sin gracia, sin pena,
pasando por absurdo mi pensamiento
y neutralizando mi verdadera esencia.
Si estoy feliz solo sonríe conmigo
y hablemos de tonterías.
Pero si quieres ser profundo con un alma como esta,
espérame taciturna, de alegría desierta y casi muerta,
tal vez entonces te diga las cosas profundas
de que me ha dotado el estudio y la ciencia.
Quien no haya escondido sus sentimientos, detrás de una máscara alguna vez... que tire la primera piedra...
ResponderEliminar