jueves, 31 de julio de 2014

Me vale la vida...

Los intentos fallidos
son como los comienzos,
siempre uno acaba
complicándose la vida.

Es la propia vida, 
la que después de joderte
te ofrece una alternativa.

No soy libre,
porque la libertad no existe.
No soy feliz,
porque la felicidad no existe.

Y no, no me llames pesimista
por llamar a cada cosa 
por su nombre.

No creo en Dios,
porque él no cree en mí.

No me creo al demonio,
porque no existen diablos rojos 
de rabo largo y cuernos.

Todo son 
invenciones del hombre:
el placer, la lujuria, la inocencia,
el odio, la rabia, la gula...

La postura más bella 
para hacerte el amor
es aquella 
en la que puedo mirarte a los ojos 
mientras tú los mantienes cerrados.

Sin embargo 
si hablamos de sexo,
me vale cualquier lugar o sitio.

Me vale una droga,
que calme estos demonios.

Me vale una ducha fría,
después de haberte besado
en la esquina.

Me vale una noche de sexo.
Me vale un reproche
si con ello me gano el respeto.

Me vale una palabra
si con ella puedo expresar
el amor y su rabia.

Me vale el halo lunar
de un cielo estrellado.
Me vale un destino incierto,
¿qué es si no el destino?.

Me valen
un cúmulo de acontecimientos.
Me vale una causa y su efecto.
Me vale tu casa o la mía.

Me vale la pausa.
Me vale besarte 
debajo de las sábanas.

Tu eliges el lugar,
yo pongo las ganas.

Me vale un adiós
si nunca más 
vuelves a repetirlo.

Me valen tus ojos
porque una mirada, 
siempre me dice más 
que cientos de palabras.

Me vale la vida
...

viernes, 27 de junio de 2014

El secreto es vivir sin la respuesta.

A veces las mejores almas
son las de los pobres diablos.
A veces las mejores armas,
son las propias palabras.

Puede que no veas 
más allá de las montañas,
puede que las ramas de los árboles
te impidan observar...

Puede que vivir y amar
no te sea suficiente;
pero créeme, llegará el momento
en el que te lo será.

Puede que la muerte 
sea el final del día,
o puede que la vida comience
con cada mañana.

Puede que puedas o puede que no.
Puede que dejes de creer en mí
¡Hazlo!:
Si ello te hace sentir bien .

Puede que cualquier "no"
te valga un día, 
más que cualquier "sí"...

Créeme, llegará el momento
en el que todo cambiará
para bien o para mal.

¡Pero lo hará!

Las costumbres desaparecerán,
los barcos zarparán,
la estratosfera no te parecerá
que está tan afuera...

Puede que bebas.
Puede que ames.

Puede que pidas deseos
a manos abiertas,
o puede que no puedas.

Pero créeme:
¡Nadie saldrá vivo de aquí!

¿Por qué pues seguir así
el resto que te quede por vivir?

¿Por qué no cambiar?
¿Por qué no sentir?
¿Por qué no cambiar la vertiente
algo más hacia ti?

Créeme nadie lo hará por ti,
o sobrevives a ti mismo
o las riadas y los huracanes
te sorprenderán siempre escondido.

Y créeme, 
es mejor salir ahí fuera
al mundo, al amor, 
al dolor, a la pasión...

Todo está ahí fuera
entre animales y fieras,
¿por qué no enfrentarse a ellos
y dejar en ellos tus huellas?

¡Puede que puedas
o puede que no!

¿Qué pierdes pues?...

El secreto es vivir sin la respuesta.

viernes, 21 de febrero de 2014

El paraíso



El paraíso no tiene precio,
ni luces a media luz, 
ni contratiempos...

El paraíso
es un limbo perfectamentesolo,
dónde quien entra no sale,
al menos del mismo modo .

Como una bruma de noche.
Como una niebla de calle.
Como un silencio de esquina.
Como un callejón de aquellos
que cantaba en sus mejores letras Sabina.

El paraíso es el saber.
El dogma de quien aún no viendo, ve
la melodía de una canción de amor,
el sillón más bello del diablo ... el corazón.

¿Quién le pone precio
a un diamante?
¿Quién describe el atardecer de la felicidad?
¿Quién se atreve a medir el tiempo
con un reloj de arena,
si toda la que sale ya no entra?

¿Quién?

¿Quién vacía de agua un océano?
¿Quién sube al cielo
y obtiene con ello el osado privilegio
de no morir en el intento?

¡El paraíso!: El otro dios.
El ocaso distinto.
El manantial de la sabiduría.

La clave, la llave y la corchea.
Las gotas de lluvia,
aquellas que aún estando
tan húmedas no dejan huella.

¡El paraíso!:
El cuaderno perfecto
donde un mito no es nadie
y donde cualquiera
tiene un nombre y una calle: 

¡Por qué no!

¿Quién no quisiera vivir en ese mundo?
Cambiaría mi cuerpo
por un atisbo de ese gobierno.

Ya sé hacia donde quiero ir,
mi destino se desvive por sobrevivir;
pero seguiré atada a mi porvenir.

Nadie se quedará
con mi trozo de la tarta,
allí donde quiero ir
no llueve sangre de los cielos.

Todo es caricia, sueños y paz.
Los vientos alivian con su brisa
cualquier malestar,
las columnas no soportan grandes pesos
simplemente adornan y ayudan
a sostener bellas estructuras.

El poder está encerrado bajo llave
y nadie desea verlo discurrir
por aquellas, sus calles.

¡El Paraíso!
Eterno y tan correcto.
El sueño pluscuamperfecto.
La soledad haciendo el amor
con el más bello silencio.

Puede que ya no vea brillar,
el sol de aquella otra manera
como antes mis ojos lo vieran.

Puede que me duela tanto la vida
que haya veces que no soporte
mirar de frente al espejo.

Pero siempre viajará conmigo, 
en mi equipaje,
esta espina en forma de tatuaje
y haré de ella, allá en el paraíso,
una estancia de luz, recuerdos y nostalgia
donde poder vivir, amar y morir en paz,
simplemente en paz …

¡El paraíso!:
Aquel bien que sin existir
nos hace, a veces, tanto bien: 
¡El paraíso! 

jueves, 6 de febrero de 2014

¿Cuanto éramos antes?

La experiencia de mis ojos...
Las lanzas clavadas 
entre sollozos,
las rejas de la indecisión.

Y como no, mi amor,
el amanecer abrazados
entre besos y sueños rotos.

¿Cuanto éramos antes?
¿Y cuanto somos ahora?
A veces una suma resta
y un cociente multiplica.

La melancolía 
de nuestros mejores momentos,
no es una utopía.

Ni creo tampoco
que mi mejor logro 
en la vida
haya sido una poesía.

El miedo, la pasión, el sí quiero, 
o la autodestrucción
con la que te miro 
directamente a los ojos.

En definitiva, el tiempo
la prima de riesgo del amor
y los altos intereses 
que pagamos cada vez 
que nos enamoramos.

Hubo un instante ,
dentro de un momento,
que a su vez divagaba 
entre los segundos más astutos
de un minuto cobarde.

Minuto que llegó tarde a su cita
porque al pararse a pensar,
no calló en la cuenta
de que dentro de una hora 
tan solo cabían sesenta.

Hubo un instante, 
un solo instante,
uno tan solo
y todo pareció tan suave.

Tanto como la caricia
de una cerradura y su llave
cuando apenas 
necesitan de nadie.

¡Cuantas puertas se abrieron
con una única llave
y cuantas se cerraron
por llegar demasiado tarde!

La vida, cuantas veces
entre mis versos.
El amor, cuantas otras
entre mis sueños.

¿Cuanto éramos antes?
¿Cuanto somos ahora?

...
Lástima que ese minuto
llegase tan tarde...