Los intentos fallidos
son como los comienzos,
siempre uno acaba
complicándose la vida.
Es la propia vida,
la que después de joderte
te ofrece una alternativa.
No soy libre,
porque la libertad no existe.
No soy feliz,
porque la felicidad no existe.
Y no, no me llames pesimista
por llamar a cada cosa
por su nombre.
No creo en Dios,
porque él no cree en mí.
No me creo al demonio,
porque no existen diablos rojos
de rabo largo y cuernos.
Todo son
invenciones del hombre:
el placer, la lujuria, la inocencia,
el odio, la rabia, la gula...
La postura más bella
para hacerte el amor
es aquella
en la que puedo mirarte a los ojos
mientras tú los mantienes cerrados.
Sin embargo
si hablamos de sexo,
me vale cualquier lugar o sitio.
Me vale una droga,
que calme estos demonios.
Me vale una ducha fría,
después de haberte besado
en la esquina.
Me vale una noche de sexo.
Me vale un reproche
si con ello me gano el respeto.
Me vale una palabra
si con ella puedo expresar
el amor y su rabia.
Me vale el halo lunar
de un cielo estrellado.
Me vale un destino incierto,
¿qué es si no el destino?.
Me valen
un cúmulo de acontecimientos.
Me vale una causa y su efecto.
Me vale tu casa o la mía.
Me vale la pausa.
Me vale besarte
debajo de las sábanas.
Tu eliges el lugar,
yo pongo las ganas.
Me vale un adiós
si nunca más
vuelves a repetirlo.
Me valen tus ojos
porque una mirada,
siempre me dice más
que cientos de palabras.
Me vale la vida
...
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