domingo, 6 de septiembre de 2015

Te debo...

Te debo la vida de mis días.
Te debo un sol de primavera,
en medio de una madrugada
que a sol de estío me supiera.

Te debo la melancolía de mis horas más muertas

y como no, el envés de mis mejores poemas
donde yacen escritas
las palabras y letras más bellas.

Te debo el solsticio

de un eterno día de otoño,
mientras con calma y paciencia,
escribo lo que callo y otorgo.

Te debo la picardía que escondo

y a raudales derrocho,
cuando con alguna
que otra copa de más me coloco.

Te debo la lírica de Orfeo

y el ojo con el que menos veo.
Te debo la luna
y el rescoldo de mi columna.

Te debo un verso espléndido

y la eternidad de todas mis estrofas,
las que hablan de pena
y las que dicen cosas hermosas.

Te debo la cultura de un Harakiri,

porque no hay gesto más valiente
que otorgar tu vida,
por lo que uno admira y siente.

Te debo el lecho de mi cama

y la almohada de látex,
que no calma nada
la voluntad de mis palabras.

Te debo un trozo de mi alma,

de mi corazón,
no puedo ofrecerte
ni un pedacito de su nada.

Pues en su interior

entre aurícula y ventrículo
albergo un tesoro demasiado bello
para hacer promesas que no sea capaz de cumplir:
¡Pues yo casi nunca miento!

Te debo un día

en aquel calendario que nunca cuenta los meses,
porta una memoria que no se lo permite
y siempre que lo intenta
pierde la batalla,
ya que su recuerdo no lo admite
y se desvanece ante las pupilas,
de aquella pobre niña humilde
que un día quiso hacerse poeta
y jamás, por mucho que se empeñe,
conseguirá llegar a la meta.

Te debo el resurgir de Pigmalión

y la metamorfosis de Galatea.
Te debo la hojarasca
de mi propia penitencia
y el color multiracial de las alas de las mariposas
que se posan sobre mi conciencia.

Te debo el mejor retrato de Dorian

y el verdadero rostro de Shakespeare
grabado sobre un lienzo,
si es que alguna vez los expertos
logran ponerse de acuerdo,
de quien fue de veras ese genio.

Te debo una cerveza

en la tasca más infernal
del paraíso más perverso
aquel, donde solo acudimos
los que encontramos el secreto
que oculto yace en las entrañas
de nuestro esqueleto.

Te debo mis ruinas romanas

y el Panteón de las pasiones más humanas.
Te debo un pincel
con el que esgrimir tu color gris.

Te debo la calle

que llega directa a la luna,
aquella que adorna sus esquinas
con farolas de las que cuelgan
estrellas y sombras.

Te debo lo que soy y lo que tengo.

Te debo un instante, un momento...
Te debo, por tanto,
casi toda la vida que arrendé
y de la que me devolvieron
un contrato a fin de obras.

Te debo tanto,

que no se cuando podré devolverte
todo lo que me has dado,
habiendo quedado contigo
a solas tantos momentos.

viernes, 3 de abril de 2015

Si te robo un beso me lo quedo

Si te robo un beso
me lo quedo.

Pero prometo
devolverte tu sueño
si al meterme de nuevo en tu cama
entre pasión, sexo y sábanas,
tocas el cielo de madrugada.
 
Yo me quedo en el infierno
ordenando alfabéticamente 
las culpas de los sentimientos 
¡Yo puedo con ello!
 
Si te robo un beso
me lo quedo.

Los caminantes sin camino
son, sin duda,
los que mejor saben caminar.

Los mejores besos
son aquellos que saben
a tragedia y libertad.

Aquellos que perfuman
de inestabilidad toda tu existencia
los que te dejan sin aliento
aún después de besar.
 
Los mejores besos 
son los evidentes 
que no dejan evidencia. 
 
Los que se te meten 
por el cuerpo
y se te calan 
hasta los huesos.
 
Aquellos que mueren y te matan.
Cuando después de probarlos,
ya sabes que nada 
podrá seguir siendo igual.
 
Si te robo un beso 
me lo quedo.
 
Y después de robarlo
te seguiré besando el cuerpo 
desde arriba hasta abajo.
 
Y después de haberte besado,
y haberme columpiado 
entre tus piernas y manos,
seguiré intentando robarte algo.
 
Una noche, un guiño, un trago,
una postura, 
otra vez un lado en tu cama. 
 
¡Si te robo un beso
me lo quedo!

jueves, 31 de julio de 2014

Me vale la vida...

Los intentos fallidos
son como los comienzos,
siempre uno acaba
complicándose la vida.

Es la propia vida, 
la que después de joderte
te ofrece una alternativa.

No soy libre,
porque la libertad no existe.
No soy feliz,
porque la felicidad no existe.

Y no, no me llames pesimista
por llamar a cada cosa 
por su nombre.

No creo en Dios,
porque él no cree en mí.

No me creo al demonio,
porque no existen diablos rojos 
de rabo largo y cuernos.

Todo son 
invenciones del hombre:
el placer, la lujuria, la inocencia,
el odio, la rabia, la gula...

La postura más bella 
para hacerte el amor
es aquella 
en la que puedo mirarte a los ojos 
mientras tú los mantienes cerrados.

Sin embargo 
si hablamos de sexo,
me vale cualquier lugar o sitio.

Me vale una droga,
que calme estos demonios.

Me vale una ducha fría,
después de haberte besado
en la esquina.

Me vale una noche de sexo.
Me vale un reproche
si con ello me gano el respeto.

Me vale una palabra
si con ella puedo expresar
el amor y su rabia.

Me vale el halo lunar
de un cielo estrellado.
Me vale un destino incierto,
¿qué es si no el destino?.

Me valen
un cúmulo de acontecimientos.
Me vale una causa y su efecto.
Me vale tu casa o la mía.

Me vale la pausa.
Me vale besarte 
debajo de las sábanas.

Tu eliges el lugar,
yo pongo las ganas.

Me vale un adiós
si nunca más 
vuelves a repetirlo.

Me valen tus ojos
porque una mirada, 
siempre me dice más 
que cientos de palabras.

Me vale la vida
...

viernes, 27 de junio de 2014

El secreto es vivir sin la respuesta.

A veces las mejores almas
son las de los pobres diablos.
A veces las mejores armas,
son las propias palabras.

Puede que no veas 
más allá de las montañas,
puede que las ramas de los árboles
te impidan observar...

Puede que vivir y amar
no te sea suficiente;
pero créeme, llegará el momento
en el que te lo será.

Puede que la muerte 
sea el final del día,
o puede que la vida comience
con cada mañana.

Puede que puedas o puede que no.
Puede que dejes de creer en mí
¡Hazlo!:
Si ello te hace sentir bien .

Puede que cualquier "no"
te valga un día, 
más que cualquier "sí"...

Créeme, llegará el momento
en el que todo cambiará
para bien o para mal.

¡Pero lo hará!

Las costumbres desaparecerán,
los barcos zarparán,
la estratosfera no te parecerá
que está tan afuera...

Puede que bebas.
Puede que ames.

Puede que pidas deseos
a manos abiertas,
o puede que no puedas.

Pero créeme:
¡Nadie saldrá vivo de aquí!

¿Por qué pues seguir así
el resto que te quede por vivir?

¿Por qué no cambiar?
¿Por qué no sentir?
¿Por qué no cambiar la vertiente
algo más hacia ti?

Créeme nadie lo hará por ti,
o sobrevives a ti mismo
o las riadas y los huracanes
te sorprenderán siempre escondido.

Y créeme, 
es mejor salir ahí fuera
al mundo, al amor, 
al dolor, a la pasión...

Todo está ahí fuera
entre animales y fieras,
¿por qué no enfrentarse a ellos
y dejar en ellos tus huellas?

¡Puede que puedas
o puede que no!

¿Qué pierdes pues?...

El secreto es vivir sin la respuesta.

viernes, 21 de febrero de 2014

El paraíso



El paraíso no tiene precio,
ni luces a media luz, 
ni contratiempos...

El paraíso
es un limbo perfectamentesolo,
dónde quien entra no sale,
al menos del mismo modo .

Como una bruma de noche.
Como una niebla de calle.
Como un silencio de esquina.
Como un callejón de aquellos
que cantaba en sus mejores letras Sabina.

El paraíso es el saber.
El dogma de quien aún no viendo, ve
la melodía de una canción de amor,
el sillón más bello del diablo ... el corazón.

¿Quién le pone precio
a un diamante?
¿Quién describe el atardecer de la felicidad?
¿Quién se atreve a medir el tiempo
con un reloj de arena,
si toda la que sale ya no entra?

¿Quién?

¿Quién vacía de agua un océano?
¿Quién sube al cielo
y obtiene con ello el osado privilegio
de no morir en el intento?

¡El paraíso!: El otro dios.
El ocaso distinto.
El manantial de la sabiduría.

La clave, la llave y la corchea.
Las gotas de lluvia,
aquellas que aún estando
tan húmedas no dejan huella.

¡El paraíso!:
El cuaderno perfecto
donde un mito no es nadie
y donde cualquiera
tiene un nombre y una calle: 

¡Por qué no!

¿Quién no quisiera vivir en ese mundo?
Cambiaría mi cuerpo
por un atisbo de ese gobierno.

Ya sé hacia donde quiero ir,
mi destino se desvive por sobrevivir;
pero seguiré atada a mi porvenir.

Nadie se quedará
con mi trozo de la tarta,
allí donde quiero ir
no llueve sangre de los cielos.

Todo es caricia, sueños y paz.
Los vientos alivian con su brisa
cualquier malestar,
las columnas no soportan grandes pesos
simplemente adornan y ayudan
a sostener bellas estructuras.

El poder está encerrado bajo llave
y nadie desea verlo discurrir
por aquellas, sus calles.

¡El Paraíso!
Eterno y tan correcto.
El sueño pluscuamperfecto.
La soledad haciendo el amor
con el más bello silencio.

Puede que ya no vea brillar,
el sol de aquella otra manera
como antes mis ojos lo vieran.

Puede que me duela tanto la vida
que haya veces que no soporte
mirar de frente al espejo.

Pero siempre viajará conmigo, 
en mi equipaje,
esta espina en forma de tatuaje
y haré de ella, allá en el paraíso,
una estancia de luz, recuerdos y nostalgia
donde poder vivir, amar y morir en paz,
simplemente en paz …

¡El paraíso!:
Aquel bien que sin existir
nos hace, a veces, tanto bien: 
¡El paraíso!