lunes, 23 de enero de 2012

El Seol

Pasaron mis días entre quejas,
se quebraron los deseos de mi corazón:
los que convierten la noche en día
y cambian la luz en tinieblas.
¿Qué puedo esperar? El seol es mi morada,
en las tinieblas extiendo mi lecho.
Dije al sepulcro: «¡Tú eres mi padre!»,
y a los gusanos: «¡Sois mi madre y mis hermanos!»
¿Dónde estará mi esperanza?
Y mi dicha, ¿quién la verá?
¿Bajarán conmigo al seol?
¿Nos hundiremos juntos en el polvo?


miércoles, 18 de enero de 2012

Vivo, muero y lloro.

Lento van muriendo aquellos espacios dentro de mi,
desangrando la felicidad en leve sollozo,
convulsionando, aferrándose con angustia a recuerdos,
esos que lentos evolucionan dentro de la memoria.

Ya mi risa ha perdido el sonido,
como las palabras se extravía
en los huecos de un olvido que a fuerza llega,
en distancias y desvelos, posándose conmigo,
intento inventarme un poema,
rasgando una triste prosa,
aquella que en alas tristes de cansada mariposa
intenta un vuelo sobre mi negra rosa.

Ordeno a mi llanto resguardarse en silencios y soledad,
disfrazando a ratos mi mirada de una inventada felicidad,
los glaciares del destino se han roto por dentro,
siento frío, tengo miedo,
recorro oscuros caminos.

Hoy mi poesía es un lamento incongruente,
letanías de preguntas que no encuentran respuesta,
puertas cerradas dentro de mi conciencia,
una impaciencia que lame mi espalda,
manos temblorosas buscando letras,
y mi voz casi en silencio tararea
una canción de dolor.

Nadie lo entiende, ni imploro más compasión,
tan solo es el latir de mi corazón,
que cobrará la vida en esperanzas,
esperando en el final del camino.

Escribiré entonces en la espalda del dolor mi prosa,
desnudaré las palabras del dolor,
seré de nuevo la poeta que una vez creyó en el mundo,
dejando en la punta de mis dedos aquella tierna sensación,
sentimientos nuevos que inventados en mi mente quisieron ser,
el motivo nuevo de volver a creer.

Hoy lloró, doblada de rodillas
escondiendo mi cara a la enorme cobardía,
de infamias que impusieron melancolía a mis versos,
rasgando mi dulce poesía en un lamento,
que despierta con el día,
mientras camina en la noche insomne
ataviado de una tristeza infinita.

Y pariré mi nueva poesía, 
entre lamentos de mi alma entristecida,
la historia sabrá de otra vida que muere en la tiranía,
desden burdo y barato de aquellos
posesos en la idolatría de la vida nada sabían,
eran mesquinos y en su propia soledad ellos morirán.

Mas no he de morir en sus intentos,
sigo viviendo el amor en mi eterna poesía.
He nacido poeta y me he vestido de vida,
y si he de morir, moriré en la poesía,
llegar a mis días del adiós,
con la sonrisa en el corazón.

Hoy mi poesía es larga,
llena de melancolía,
de aquellos sollozos que no se pueden escribir,
corro entre líneas blancas de un mustio papel,
la tinta se prende ansiosa,
no queriendo dejar morir mi prosa,
mis dedos se cansan,
mi inspiración se exhalta,
vivo, muero y lloro,
entre los brazos del dolor,
mientras lentamente le digo adiós.

martes, 10 de enero de 2012

Dame una mentira

Dame una mentira enorme,
que haga temblar los pulsos de la edad con su pisada grave y significativa,
que espante de mí los pájaros negros y los gusanos que cosecho sin proponérmelo
y se las arregle para hacerme creer que el hombre puede salir de sí,
ser uno con la mujer y amarla sin destruirse.
Algo que dure un momento y venga de tus labios,
para que yo me esconda y los altivos y los necios no me vean.
Detrás de esos frágiles decorados viviría feliz,
lejos del tedio y de los ojos que escrutan en la noche.
Sin miedo al silencio y a las fieras,
luego que la mentira fuese pronunciada,
como por un hechizo efímero correrían los talones del infortunio
y ni él, ni la miseria, pescarían ya nada en mis sentidos embotados.
La angustia del hombre ardería como fénix
y estos ojos y estas pobres manos arrojarían al suelo,
deshecho, el viejo corazón de la amargura,
contentos en su careta nueva.
Dame una mentira enorme,
que haga girar al revés el tiempo en los relojes
y arrúllame en ella,
hasta que en mis labios aparezca
la helada sonrisa de la idiota.

martes, 3 de enero de 2012

Venganza

Dulce venganza que recorre por mis venas,
por esas miradas tiernas llenas de hipocresía,
ahora me las pagaran con sus ansias de amar,
el silencio se hace eterno, juro vengarme,
por ese sufrimiento que causaron en este frió y eterno
corazón,
pero solo lo alimentaron de odio y dolor, ahora pagaran
con un castigo infernal, mil demonios soñaran,
sus mentes se bloquearán y en el espléndido
descanso morirán, os destrozare la vida y no os dejare
libres hasta que os inclinéis ante mi,
ese sufrimiento nunca lo debí sentir, 
ya que solo sois personas sin sentimientos
que solo os preocupáis por vosotros mismos,
esta venganza esta llena de horror, de temor,
espero que la disfrutéis así como la gozo yo,
mi destructor deseo es tán fuerte como vuestro bello temor,
detesto vuestras caras de inocencia; 
pero serán humilladan por mi grandeza.

Soy una vampiresa, inclínaros ante mí.