jueves, 16 de agosto de 2012

¿...por nosotros?

Alas de pájaro, eres…
mar que viene a mis pies descalzos,
manso arroyo desvestido en ronda inalterable de joven pulso, 

piedra infinita de ágiles lloviznas,
descendidas en cada suspiro de montaña.
Eres, el aroma inagotable en las espinadas manos,
ungidas con las rosas del desierto.
Suspiro de ciprés antiguo,
tu voz reciente, revive mi alma.
Hundido en la pupila:
extraña

sorda
mágica
rumor liviano en el espacio de la tarde.
No eres distancia.
Ni sombra.

Eres, el gozo de mirarme en tus pozos transparentes,
cobijarme en tus manos de suspenso,
en tu viento cálido, encristalado y terco.
Que golpea mis paredes -insistentemente-
indagando en la vana presencia
-curso vano- en la prisa de las cosas.
Tiempo improrrogable de un amor
que pasa como una luz que ciega
y quiebra los espejos.
Preguntando:
¿...por nosotros?

viernes, 10 de agosto de 2012

Nunca digas nunca

Una vez escuché decir,
que si no éramos capaces
de hallar la puerta de la felicidad;
quizá, deberíamos convertir
nuestras promesas y sueños en un hecho,
dejando tras de nosotros esa puerta abierta
para, al menos, poder sentirnos... satisfechos.

¡Nunca digas nunca!

Así como un siempre
puede condenarte,
un nunca
jamás te hará redimirte.

Nunca jamás
es una afirmación tan contradictoria,
como la quemadura infringida
por un bloque de hielo.

"Lo que no te destruye
te hace más fuerte"
A ver qué remedio...

Si el sol se escondiese para siempre,
el este y el oeste
jamás tendrían un horizonte
donde mirarse a los ojos y sonreírse.

Puede que un día al levantarte
y salir a la calle para mostrarte,
observes un arco iris en blanco y negro
y creas ciegamente que nadie puede ayudarte.

¡No temas, no te asustes!

Puede que el árbol de la vida,
deje caer tallos de sus ramas
creando a su alrededor
un entramado de hojarasca.

O puede que las aves
migren en derredor,
hacia lugares más soleados
allí donde nadie observe su vuelo.

Incluso puede que los soldados
una mañana de lucha,
cansados y sin alma,
cometan actos injustificados.

Espera, la paciencia es la única
que conjuga un siempre y un nunca
en medio de ningún lado.

Nunca, es exigirse demasiado
porque jamás
podrás hacerle justicia
a una palabra tan dura.

Ni allá en "El Reino de Nunca Jamás"
creo que la palabra existiese como tal.

¡Nunca digas nunca!

Algún día... un instante, un momento,
un suspiro, un silencio, una metáfora,
un verso o la bella sonrisa de un niño;
harán arreciar las tormentas de tu nostalgia.

Nadie tiene la última palabra.
Puede que al sentarte a recordar
no halles en tu memoria la felicidad.
¡Que más da!

Recuerda que siempre existirá
aquel instante o aquel momento
que hicieron de tu vida un acontecimiento.

Solo uno, solo un instante,
solo un momento.
¡Feliz o satisfecho!

Que importa pues el término.

viernes, 3 de agosto de 2012

Teclas nacaradas

Con cada puesta de sol
el tenue humo suspendido
acaricia mis silencios.

Con cada aliento que exhalo
volátil aire me clava contra el suelo.

Cada movimiento de pensamiento
encadenado.

Los dedos se deslizan lentamente
sobre el nacarado teclado,
blancas y negras,
notas de belleza dispar
cuidando el delirante nacimiento.

Deseado dormitar sin imágenes.

Perderse sin pensamientos.

Con cada latido
obstinado, mecánico
mis sueños viajan hacia los mundos
de quizás alguna vez.

Y me ato a las cuadradas teclas
buscando un respiro.

En desnudez...

Nunca antes había estado a la luz de una vela,
de una forma tan pura, desnuda, entre sombras.
Palpando las perfectas fallas de mi propia maqueta,
mi vestidura única de tejido epitelial, una sola prenda.


No me uno al fuego, solo porque ardería la vestidura
que es apenas obsequiada, apenas emancipada,
me tomo a pecho la cuestión de castigar la figura,
me libero en mi desnudez, me sofoco en el vacío, abro las alas con la tonada.


El tiempo debería ser lento de vez en cuando,
el agua y el cielo podrían ser más azules, ¿Porqué no el suelo?
somos los hombres los que deberíamos estar volando...