¡Mírame!
Sin sombreros ni antifaces.
¡Solamente mírame!
entre espejos, montañas y reflejos.
¡Mírame!
Ya dejé atrás
aquellas migas de pan,
con las que un día
creí que podría llegar.
¡Mírame!
Solo abre los ojos
y observa mucho más allá
del cielo azul.
Mira mi luz,
su intensidad y claroscuros.
Mira entre el tono, la llama,
mira la suavidad
con la que se dilatan mis pupilas.
Mira mi impaciencia y su calma,
como luchan entre ellas
por conquistar tu lado de la cama.
¡Mírame!
Entre el perdón y la honestidad,
no existe lugar
para consecuencias impropias
y sin embargo...
¡Mírame!
Mira mi sentido común,
el que aún conservo .
El que entregué al mejor postor,
fue sacrificado
entre tinieblas y bambalinas
y no creo que pudieses mirarlo.
¡Mírame!
y que no te importe
que nos puedan mirar,
por mucho que maldigan
nuestras miradas.
Una mirada, la mía,
una mirada, la tuya.
Una más una
nunca fueron dos
¡Término a término!.
Equivocaron el teorema
o perdieron
una de las cuentas
por el camino.
¡Mírame!
¡Tú mírame!
Aunque no quieras
Aunque no puedas
¡Mírame!
Aunque no lo desees
¡Mírame!
porque solo así descubrirás,
que por mucho que me mires,
por mucho que lo intentes...
nunca lo conseguirás.
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