domingo, 22 de diciembre de 2013

¡Besos ... solo eso!

La violencia de un beso,
de aquel beso 
con el que te hice el amor,
cuando tan sólo creía
que buscaba sexo.

Eso buscaba de ti
besos y más besos
besos repletos de sexo.

Besos con los que poder
emprender un viaje
dentro de un universo,
mi extraño y esplendoroso universo.

Eso buscaba en ti,
buscaba guerra 
y encontré una paz
de bandera blanca y muchos besos.

Buscaba redención
y me encontré con una cama
de sábanas blancas,
donde no existían los reproches.

Buscaba deseos inconfesables
y hallé besos, 
los más bellos y húmedos besos.

Aquellos besos
que destruyen imperios
y hacen a los hombres
replantearse su existencia.

Porque por muy poca consistencia
que parezca tener nuestra teoría,
siempre existen matices de color
dentro de cualquier silencio.

En todo arco iris
siempre el ruido más ensordecedor
resulta ser siempre eso
¡El silencio!

El silencio cuando te beso,
el silencio cuando contigo
practico esa ardua tarea
que me supone el ser yo misma.

Buscaba cristales rotos
con los que dejarme desangrar
y encontré un espejo
donde se reflejaban tus besos.

Besos y más besos.
Besos a cambio de nada.
Besos a cambio de todo.
Besos a cambio de sexo.

Besos, amor, sólo eso.
Eso solo quiero de ti
¡Tus besos!

La violencia de un beso,
de aquel beso 
con el que te hice el amor,
cuando tan sólo creía
que únicamente buscaba sexo.

Besos, amor mío,
sólo deseo eso de ti
¡Besos!
con o sin sexo
...

¡Solo Besos!

viernes, 20 de septiembre de 2013

Estoy más que...

Que jamás acepto un “no” y soy como una niña.
Que suelo ir de regreso cuando hay que partir.
Reiterada e irreflexiva puñado de sinsentidos:
¡Te Amo!... y estoy más que enloquecida por ti.

Que acostumbro a extrañarte por todo motivo.
Que en tu ausencia ya no entiendo como vivir.
Fanática, incondicional y devota de tu cariño:
¡Te Amo!... y estoy más que necesitada de ti.

Que me acuesto y amanezco con tu imagen.
Que procurar tu felicidad es mi esencial fin.
Hidalga, leal, y tu gozo, mi noble estandarte:
¡Te Amo!... y estoy más que pendiente de ti.

Que te siento como en la existencia he sentido.
Que soy simplemente tuya desde que te conocí.
De tus pasos se alimenta mi encantado camino:
¡Te Amo!... y estoy más que enamorada de ti.

miércoles, 17 de julio de 2013

Llamadme loca

Converjo y diverjo
entre indecisas situaciones,
paréntesis y puntos suspensivos…

Y sin embargo
al llegar a la encrucijada
¿Seré yo o todo esto
forma parte de mi propia nada?

Los extraños piensan que soy rara,
los más cercanos que soy chistosa, 
mis amig@s que divago 
entre atisbos de locura 
y sobresaltos insensatos.

Y sin embargo: 
No soy nada mas 
que la viva imagen de mi misma, 
hecha a mi imagen y semejanza.

No busqueis dentro de mí
porque no me encontrareis:
¡Nada hay entre una loca y su locura!
Solo tiempo, solo sueños, solo vida.

Como una columna de fuego
que consume todo a su paso,
como una bajada a los infiernos;
sin prisa, sin pausa, sin remanso.

Y el remedio a veces está tan cerca,
tan cerca de lo lejos,
que tan solo faltaría alargar nuestros manos
para poder acariciar con nuestros dedos
aquello que se nos infunde imposible.

Un mundo, una luna, una esquirla,
un solsticio, una sola lágrima,
una caída, la excelsa magnitud
del compás de un solo tiempo.

Y dentro de ese tiempo
entre sueño y sueño,
la vida se desvanece
entre carencias y utopías.

Porque esos atisbos y sobresaltos
son lo único que nos mantienen vivos
y aún así, como locos insensatos
hacemos caso omiso,
a cómo la vida misma
se nos juega a la ruleta rusa
en una única partida.

Llamadme loca
si ello os hace sentir mejor.

Al final, solamente 
será una opinión.

jueves, 11 de julio de 2013

Junto a tí me siento a salvo.

Ni los soplos del viento,
ni las cumbres blancas del tiempo,
ni los puntos cardinales que se esconden
tras cada uno de los sentimientos.

Cuento uno y me llevo veinte,
porque en esto del amor
no existe coeficiente o teorema
que te lleve de marea en marea,
hasta donde el mar pierde el nombre
y gana fuerza en el horizonte.

Ni el ganador triunfa siempre,
ni el perdedor acaba por perderlo todo,
cuando un sol de mediodía
inunda con esperanza la gloria 
de su propia libertad.

Arrojo la piedra;
pero no escondo la mano.
Tampoco me guardo del todo
aquello que por no hacer daño,
me callo.

Pues no conozco más cobarde,
que aquel que grita
lo que no piensa
y piensa lo que no dice,
y al esconder sus motivos
traiciona y se contradice,
causando un daño horrible.

Para mí, también,
yo también hallé en tu compañía
aquella magia que desde niña
me demostró que dentro
de un verso de poesía,
por muy fría que fuese su alma,
siempre se guardaba el secreto
que esconden tras de sí
las cosas maravillosas.

Porque no hallé mejor testigo,
ni mayor confidente.
Jamás nadie me esperó levantado
cada vez que mis lágrimas, 
de miedo y pena, inundaban mi cama.

Nunca el país de nunca jamás
me pareció un lugar tan bello,
desde que lo visité contigo 
y aún así, aún bebiendo veneno
y tragando nostalgia a puñaladas
me quedo contigo y no con más nadie.

Porque estando contigo
conmigo estoy a salvo,
vanidades aparte.

Y ya sea
como castigo o contienda,
tras un desayuno sin diamantes
y una cena de mendigos.

Siempre busco
entre la penumbra de mis ojos,
la silueta de los tuyos.

A nadie nunca, como a ti,
pedí paciencia y una embriaguez
de tortuosas elucubraciones,
que me ayudasen a sobrevivir
cuando en primavera,
parte de mi alma perdí.

Y aún así,
aún habiendo escrito
algo como esto,
sigo estando excitada e inquieta.

Porque sigues aquí a mi lado
y sé y soy consciente,
que por mucho que desee mirarte
jamás lo conseguiré.

Jamás hallaré el modo o la forma
de que te me muestres
y aún así y sin embargo,
es junto a ti donde de veras,
me siento a salvo.

martes, 14 de mayo de 2013

Si le diesen la opción

A veces pensé
que ante determinadas situaciones,
si el corazón hubiese tenido alas
ya se habría lanzado al vacío.

Entre cambios climáticos
y tormentas de sensaciones,
entre canciones y ecos de trompeta ,
la vida se seguiría midiendo 
por campos de batalla.

Y aún así,
si el corazón pudiese detenerse
para poco después volver a latir,
seguramente dudaría si seguir así,
callado y feliz
sin intentar combatir para sobrevivir.

Puede que no exista la palabra.
Puede que si la pronuncio
mi destino entre cenizas arda.

Puede que muera y viva 
dentro de ti,
o incluso cabe la posibilidad
de que jamás lo haya hecho.

Puede que una pesadilla
sea una prolongación maldita,
de un sin vivir
y que aún así, sea compensada
con gratas veladas de porvenir.

Y sin embargo, sigo aquí,
escribiéndole canciones 
a todo aquello que me permita
ser yo misma. 

Aunque vague 
por desiertos de soledades
y me tope de bruces 
con mi propio espejismo.

Aún así
donde muchos 
solo ven egoísmo,
yo sigo viendo supervivientes.

Y creo firmemente
que si al corazón le ofreciesen 
como opción,
enfrentarse a si mismo,
lucharía 
hasta las últimas consecuencias.

Porque aún existiendo
la posibilidad de caer derrotado,
lo habría hecho 
ante un digno y honorable adversario:

¡Él mismo!

sábado, 20 de abril de 2013

Tus ojos color Estambul

 No sé donde me conducirán
las olas de mis propias metáforas.

Añoro el testigo de mi locura,
la melancolía
que nunca me abandona...

Añoro el semblante tranquilo
de esa chica feliz
que a veces se hace llamar, yo
y disfraza sus mejillas con el rostro
de una fanática arlequín.

No sé si podré
o simplemente me conformaré,
pues la fugaz melodía que me atrapa
cuando me siento ante tu fotografía,
es demasiado bella para ser olvidada,
porque un recuerdo como ese
es, amor mío, pura poesía.

Los besos que te negué
y guardo en el desierto
de mis épocas pasadas.
Las caricias que olvidé
o repartí sin conciencia.

Los suspiros que nunca suspiré
y esperan impacientes, mi vida,
a que el vaivén
de los versos blancos de mi pluma
los lleve ante tu presencia.

Todo eso yace escondido
en el fondo de un cofre de oro
como mi más lindo tesoro.

Necesito tan poco
que a veces ese poco,
me parece un mundo
y si no lo escalo, o lo atrapo,
me mato o me muero.

¿Porque?, por qué no escribirlo,
no hay día más bonito
que aquel en el que tu
pronunciaste un te quiero.

A veces me haces sentir,
como me gustaría sentirme de por vida
y en ese sentimiento me invento
de principio a fin.

Siempre aparecen
tus ojos color Estambul,
como verde esperanza,
como un azul de mar,
cuando intento escribir esta poesía.

No sé donde me conducirá
la locura de saber esperar;
pero llegue hasta donde llegue
siempre estarás tú.

Conmigo o sin mí,
allí estarás porque allí estaré yo,
clamando promesas a los vientos
y enviando suspiros 
a los astros del firmamento.

Tú me has dado la felicidad eterna
de saberme una buena persona
y a tu lado soy,
una mujer más buena y honrada.

Tú me has entregado la potestad
de conquistar mi propia voluntad,
tú me has dado el remedio
para él que no encuentro consuelo.

Y aunque te falle cien veces seguidas,
te amaré hasta que separen
de mi piel mis costillas,
porque de mi barco su quilla,
es como el alma susurrante
que siempre calla y nunca habla.

El tiempo será el fiel testigo
del amor que te negué
y del que te oferté sin pedirte,
ni tan siquiera, de tus labios un capricho.

El tiempo me acabará devolviendo
toda esta tinta derramada
y cuando lo haga, mi niño,
que lo haga recostado sobre una cama
acariciando tu pelo
y sirviéndote mi pecho
de tierna y bella almohada.

No, hoy no pronunciaré un te quiero
aunque por dentro me muera
y tenga ganas de pronunciarlo,
y no lo haré porque me guardaré,
para mis adentros
este desgarrador amor que por ti siento.

Puede que no sea
la mujer más romántica del mundo;
pero si algo soy,
es un argumento repleto de versos prohibidos
que cuelgan de cada uno de tus requiebros.

Así pues y si por casualidad
alguna otra vez
te asaltan dudas,
no olvides nunca,
que en mis poemas y en mis letras
se esconde la esencia
de un amor con nombre y apellidos.

Puede, vida mía, que no sea
la mujer más romántico del mundo;
pero si algo soy,
es un argumento repleto de versos prohibidos
que cuelgan de cada uno de los hilos
del antifaz de mi conocimiento.


¡Ah!, se me olvidaba hacer caso omiso
a mi propia vanidad
y por si acaso y solo por si acaso:

En vez de un TE QUIERO,
te envío un TE AMO,
envuelto 
con el primer beso de enamorados
que ambos dos nos dimos...

miércoles, 10 de abril de 2013

Y digo yo...

Si río, porque sonrío,
si callo, que otorgo,
si corro, que huyo,
si me paro, que no aguanto...

Si me emociono
con poemas y notas musicales,
que soy demasiado mujer...

Si no me fío de la gente, 
no llegaré nunca
a ninguna parte...

Si mis amig@s los cuento
con una mano 
y me sobran dedos, 
entonces que soy muy desgraciada,
porque quien tiene un amigo,
tiene un tesoro.

Si me levanto mustia y taciturna,
que hay que ver 
la cara que tengo...

Si hago gracias
y quiero ser yo,
que no me tomo nada en serio.

Si voy, porque me encamino,
si vengo, porque retorno,
si sueño, porque fantaseo,
si contemplo, porque observo.

Si maldigo mil veces al destino,
entonces que yo soy 
mi propia enemiga. 

Si busco silencio, 
ese día, a mi paso,
parece haber caído 
un meteorito sideral.

Y a eso sí 
lo consideran un milagro...

Si busco compañía,
que claro, que ahora
precisamente ese día
pues que no, 
que no existe la compañía.

Si no puedo decidirme 
entre las estrellas y la luna,
que no me merezco a ninguna.

Y cuando lo único que deseo 
es estar sola y escribir poesía,
entonces la antesala de mi mundo 
se inunda de seres humanos
a los que no deseo, ni deseaba, ni desearía.

Si me rindo,
que soy una cobarde.

Pero sin embargo,
si lucho hasta que 
me falten las fuerzas,
entonces para que va nadie a ayudarme...

Si camino a pies descalzos,
que por qué no 
me compro unos zapatos.

Si no beso en la primera cita,
que soy una romántica.

Si digo la verdad,
que soy muy directa
y que incluso peco 
de poco correcta.

Pero si miento, 
entonces cometo perjurio,
ya que mentir, 
es poco más que un pena capital
en estos tiempos tan inciertos...

Si tengo insomnio,
que le doy 
mucha importancia a las cosas.

Y si duermo bien,
¡claro!
como yo apenas tengo problemas
pues eso, pues que soy una perezosa.

Y digo yo:
¿Y si un día me levanto
y durante todo ese día
decido aliarme con el diablo
y mandarlo todo a la mismísima mierda?

martes, 26 de marzo de 2013

Hablo

Cuando el viaje deja detrás
las gotas caídas sobre la hierba
de tu propia libertad.

Cuando un de repente
deja de ser una sorpresa,
para convertirse en una eternidad.

Cuantas veces deseé
arrancar un demonio al infierno
y traérmelo conmigo.

Y así poder mostrarle
con toda crudeza,
cómo se vive, se ama y se muere
alejado de la realeza.

Cuantas veces soñé
con robarle las alas a un ave
para poder volar, libre,
sobre la propia humanidad.

Tanto tiempo conmigo,
tanto tiempo luchando contra mí
y tanto tiempo amando ese porvenir
que yo sola me prometí.

Como la vida y la muerte,
como la suerte y la tragedia,
como el sol y la luna,
como Jeckyll y mister Hide...

Las palabras
no se las lleva el viento... no
las palabras,
se desvanecen lentamente en el tiempo.

La felicidad se prueba,
se saborea dulcemente
deteniendo el paladar
en pequeños instantes
regodeándose en ella.

“Ya habrá tiempo
más tarde para lamentarse”.

Solo conozco de primera mano
un sentimiento
y no se llama fortaleza,
no creo que tampoco
se trate de lealtad o paciencia.

Hablo de un traje de gala,
una ilusión ficticia,
que te obliga a levantar el rostro
aún a sabiendas que te volverán a golpear.

Hablo y escribo sobre ello.
Hablo de mantener viva la sangre,
de gritar cuando nadie te oiga,
de tensar y tensar la cuerda
para que nunca jamás permanezca floja.

Hablo de sobrevivir
por muy mal que se pinten las cosas.
Hablo de dibujar
un arco iris sobre las cenizas de la felicidad.

Hablo de crear un camino nuevo
para la esperanza,
hablo de cantar y llorar,
hablo de dolor y del poder de acariciar...

Hablo de tragar
aunque el nudo de la garganta te asfixie,
hablo de escapar hacia delante,
hablo de enfrentarse a la realidad
por muy cruda que se torne,
hablo de mantenerse erguido,
hablo de campos de batalla y luchas internas.

Hablo de orgullo y redención.
Hablo de pagar tus errores
con la honestidad
de tu propia responsabilidad.

Hablo de caminar descalza.
Hablo de amar y no morir en el intento.
Hablo de suspiros y lágrimas,
hablo de palabras y nostalgia.

Hablo de tantas cosas...

Tanto tiempo a mi lado.
Tanto tiempo intentándolo.
Tanto tiempo viviendo,
entre un cielo y un infierno.

No... Las palabras
no se las lleva el viento,
es el tiempo el que nos pone
a cada cual en nuestro sitio.

Cuantas veces soñé a robar
un instante al destino
uno tan eterno como divino
uno, solo uno, nuestro momento, amor.

Y aunque con ello
me hubiese ganado un lugar
en la antesala del infierno,
no hubiese dejado que nadie me lo hubiese impedido.

Todos los dioses
existentes y omnipresentes
y a los que desafié en tantos momentos
saben que no miento al gritarlo.

Hablo de estar aquí sin querer hacerlo.
Hablo de ser fuerte.
Hablo de blandir al aire tu sable.
Hablo... únicamente... de... CORAJE.

Cuantas veces quise.
Cuantas veces soñé.
cuantas veces perdí.

Cuantas veces, amor,
cuantas veces me creí rendir
y sin embargo
cuantas otras sobreviví.